La participación por otra parte, cuando se da en comunidades muy grandes supone obligatoriamente algún nivel de intermediación, pues es literalmente imposible que todas las personas puedan intervenir personal y directamente. Eso le da origen a la representación, a través de la cual, deliberan aquellos que debaten en nombre de los diferentes grupos, como fue el caso de la autoevalución para la acreditación institucional que se debatió en diez mesas de trabajo el año pasado.
Y uno de los momentos fundamentales de un debate participativo es la consulta, que admite una participación más amplia e incluyente y que ilustra, alimenta y enriquece el trabajo de las instancias de representación que deben llegar a consensos, registrar disensos, tomar decisiones y asumir responsabilidades.
El debate en el que estamos participando ahora, que lleva LA ACREDITACIÓN AL AULA, es una gran consulta a la población universitaria tadeísta, que alimentará la planeación de la universidad con propuestas y aportes de todos sus integrantes a los planes de mejoramiento: los estudiantes de pregrado y los funcionarios en grupos y los estudiantes de posgrados y los profesores de Tiempo Completo y de Cátedra individualmente.
Se debate en cada grupo para llegar a los acuerdos que se consignan en el documento que suben a Avata; el conjunto de propuestas, incluidas las individuales, alimenta un debate colectivo del cual saldrán una priorización de los proyectos de mejoramiento y propuestas de nuevas actividades, y toda esta información será la materia prima para el debate que sigue sobre la planeación de la universidad en los próximos años, que nos permitirá construir un futuro común.
Cecilia María Velez
Rectora
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