viernes, 12 de abril de 2013

La Tadeo ¡se le mide! Sobre la acreditación institucional de alta calidad


Como señala el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), la educación es un instrumento colectivo de la sociedad para mantenerse unida alrededor de los principios que le dan identidad y coherencia a las acciones de los asociados (ideas de bien, de justicia, de cooperación, saberes compartidos sobre la naturaleza y sobre el mundo social, formas de relación y de reconocimiento). En este sentido, la evaluación de la calidad correspondiente a la acreditación institucional se centra en el cumplimiento de los objetivos de la educación superior que incluyen naturalmente, como elementos universales, la formación integral, la creación, el desarrollo y la transmisión del conocimiento y la contribución a la formación de profesionales y consolidación de las comunidades académicas. Se centra, además, en el logro de los postulados de las misiones y proyectos institucionales y en la pertinencia social, cultural y pedagógica de esas misiones y proyectos




En este sentido, como señala Valen (2004), la investigación sobre la calidad de la educación y sus variables de acreditación, ha sido motivada en gran medida, por el hecho de que el “valor añadido” de una institución al desarrollo de los estudiantes varía entre ellas. Sin embargo, el acuerdo sobre su sentido es unívoco: las universidades deben ser el espacio plural donde los individuos se forman como sujetos con sentido y responsabilidad social.

Para Nosotros, la acreditación institucional es, además de un proceso voluntario que cumplen las universidades que buscan ser reconocidas por su calidad, la responsabilidad de gestionar procesos adecuados para mejorar, para que la calidad se constituya en el elemento central de la pluralidad que respetamos y buscamos en la formación de profesionales éticos, competentes, críticos y creativos, que asuman su compromiso con la sociedad con clara conciencia de respeto por los seres humanos y sus derechos.

Estamos convencidos de que los procesos de acreditación institucional y la orientación hacia procesos de calidad, devienen de la necesidad de reformar la universidad centrándonos en la   legitimidad de la educación como la base del proceso y del proyecto social alternativo. Deliberando construimos la academia y reproducimos el núcleo esencial de nuestra naturaleza como institución educativa.

Es claro que una universidad de calidad es aquella que busca mejorar constantemente para satisfacer las necesidades reales de la sociedad, ya que todos sus esfuerzos están centrados  en la mejor manera de ofrecerle socialmente lo que necesita. Todas sus actividades reflejan el interés institucional por asumir el compromiso y establecer como objetivo responder a sus exigencias.

Por ello, el proceso de acreditación institucional parte de conocer las necesidades, definir fortalezas y diseñar e implementar proyectos que generen buenas prácticas educativas, no solo desde el factor enseñanza aprendizaje, sino como una buena práctica social, donde se mejora o modifican acciones o procesos en cumplimiento de la misión y visión institucional, para utilizar mejor los recursos disponibles, y además para mejorar los mecanismos de participación, vinculación y construcción de la comunidad académica tadeísta que deseamos.

Por ello, pensamos en procesos implementando una visión sistemática de las sociedades de hoy y de mañana, desarrollando diagnósticos que parten de una realidad concreta sobre la que hay que trabajar, determinando objetivos y diseñando indicadores de mejoramiento.

En síntesis, el proceso de acreditación institucional es el reflejo del compromiso institucional por incorporar y fortalecer en la actividad cotidiana,  conceptos y prácticas de una cultura de calidad total, consolidando un proceso educativo que satisfaga las expectativas de nuestra comunidad con una visión social, implementando procesos de reingeniería interna donde la calidad se asuma como un compromiso por parte de quienes construimos la institución. No se trata de formar clientes satisfechos, sino sujetos sociales, líderes incorporados en los sistemas de decisiones institucionales. Así su participación no sólo será decisional desde lo electoral.

La acreditación institucional de alta calidad que buscamos alcanzar, es el reconocimiento, ante la sociedad, de que estamos cumpliendo nuestra misión y de que avanzamos en el rumbo correcto para hacer realidad nuestra visión.

Julián Andrés Caicedo
Programa de Ciencia Política y Gobierno

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